En la conmemoración de la festividad de la Mare de Déu dels Desamparats, patrona de la ciudad de València, el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ha dirigido sus palabras en la Missa d'Infants a las personas más desamparadas de la sociedad, aquellos cuya dignidad no es respetada ni cuidada. Entre ellos, mencionó a los pobres, los emigrantes, las víctimas de la guerra, la trata de personas, los abusos sexuales y las mujeres sometidas a violencia.
VALÈNCIA, 12 May.
En esta emotiva ceremonia, el arzobispo también habló de los seres humanos concebidos pero no nacidos, denunciando la maternidad subrogada que convierte a las personas en mercancía; asimismo, mencionó las consecuencias negativas de las ideologías de género y la importancia de brindar amor a las personas en situación de enfermedad terminal, quienes más necesitan sentirse amadas.
Durante la multitudinaria Missa d'Infants en la plaza de la Virgen, Benavent destacó que al mirar a Cristo se puede ver la injusticia, el sufrimiento y la degradación a la que la humanidad puede verse expuesta. No obstante, hizo énfasis en la importancia de no ser indiferentes ante estas situaciones, recordando a las personas que han fallecido debido a la violencia o tragedias como el incendio de Campanar en el último año en la ciudad.
El arzobispo destacó que al dirigir la mirada hacia la Mare de Déu, los valencianos expresan su amor filial y su agradecimiento hacia ella, con el deseo de que este amor sea un homenaje genuino y verdadero. Señaló que este homenaje se hace más visible en un día de fiesta como este, donde la fe y la esperanza se renuevan al contemplar la figura de la patrona.
Benavent resaltó que la ascensión del Señor nos orienta hacia el cielo y nos impulsa a vivir con un horizonte abierto, sin estar atrapados por nuestros deseos y egoísmos. Destacó que mirar al cielo es buscar la plenitud de Cristo y luchar contra el mal con las armas del bien, mostrando misericordia, compasión y perdón, tal como lo haría la Mare de Déu al observar el mundo con sus ojos de amor maternal.
El arzobispo enfatizó que es a través de la mirada misericordiosa de la Mare de Déu que se puede sembrar el bien en la sociedad, inspirando a los creyentes a practicar obras de misericordia y a comprometerse en la misión de llevar la vida y la esperanza a los más desamparados. Destacó que la devoción a la Mare de Déu representa la esperanza de todos los pueblos y pidió que siga siendo protectora y esperanza para todos.
En esta celebración religiosa, que contó con la presencia de diversas autoridades políticas y eclesiásticas, se destacó la importancia histórica de la Missa d'Infants en la plaza de la Virgen, que cumple 100 años de tradición y devoción en honor a la patrona de los valencianos, consolidándose como uno de los actos más emblemáticos de la festividad de la Mare de Déu dels Desemparats.
La primera celebración de esta ceremonia tuvo lugar en 1924, derivada de una explosión de devoción y participación multitudinaria que llevó a trasladar la misa de Comunión para niños desde el interior de la Catedral a la plaza de la Virgen. La tradición musical que acompaña la eucaristía, con piezas de reconocidos compositores locales, ha quedado grabada en la memoria de los valencianos, siendo parte fundamental de esta celebración anual.
La coral Juan Bautista Comes y la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Municipal José Iturbi de València, junto con la Escolanía de la Virgen desde el año pasado, han sido responsables de la interpretación musical que ha acompañado a esta centenaria ceremonia, en la que la devoción y el amor a la Mare de Déu dels Desamparats continúan siendo pilares fundamentales de la tradición valenciana.
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