ALICANTE, 19 Mar.
Un equipo del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) ha finalizado en el puerto de Cartagena (Murcia) un estudio de los hábitats profundos de los cañones submarinos de Alicante y Benidorm.
Durante 12 días, a bordo del buque oceanográfico Ramón Margalef, han explorado estas zonas entre los 100 y 1600 metros de profundidad en busca de ecosistemas marinos vulnerables, para lo que han cartografiado los fondos mediante ecosonda multihaz y observado y caracterizado sus comunidades bentónicas mediante vehículos submarinos, según ha explicado el IEO en un comunicado.
Los cañones de Alicante y Benidorm son dos grandes formaciones cuyas cabeceras se sitúan al borde de la plataforma continental a unos 150 metros de profundidad y se extienden a los largo del talud hasta alcanzar los 2000 metros. Concretamente, el cañón de Alicante es el más largo de todo el Mediterráneo español con 140 kilómetros de longitud.
Ambos cañones han sido identificados con anterioridad como lugares prioritarios para la investigación por albergar especies amenazadas. Sin embargo, aunque no es la primera vez que se obtienen muestras en la zona, sí ha sido la primera vez que se han estudiado estos cañones en detalle para la prospección de ecosistemas vulnerables.
La investigadora del Centro Oceanográfico de Murcia y responsable de la expedición, Elena Guijarro, ha explicado que "los cañones submarinos se han convertido en los últimos años en zonas prioritarias para la conservación de especies bentónicas y hábitats vulnerables".
"Su especial hidrodinamismo y la inaccesibilidad a determinados tipos de aparejos de pesca ha permitido en ellos la supervivencia de especies bentónicas longevas, de crecimiento lento, tales como esponjas, gorgonias o corales de aguas frías", ha detallado.
Estos animales de crecimiento lento, según la experta, crean comunidades con estructura tridimensional "muy compleja que constituyen hábitats esenciales para muchas especies de interés comercial que los usan como lugar de refugio, reproducción y cría".
Por ello, "el cartografiado de estas comunidades vulnerables relictas es urgente para poder evaluar su estado y establecer protocolos de monitorización y conservación antes de que sufran más daños", ha añadido Guijarro.
Estos estudios darán continuidad a los trabajos iniciados en 2012 con los proyectos LIFE+ INDEMARES y LIFE+ INTEMARES, coordinados por la Fundación Biodiversidad con el IEO como principal socio científico, y que han permitido la exploración, caracterización y protección de una decena de áreas marinas protegidas en el marco de la Red Natura 2000.
La campaña es la primera de dos campañas oceanográficas de la subactividad A1L1 y se enmarca en el proyecto BIODIV: "Asesoramiento científico-técnico para el seguimiento de la biodiversidad marina: espacios y especies marinos protegidos de competencia estatal (2022-2025)". Proyecto financiado por la Unión Europea - NextGenerationEU a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia; e impulsado por la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y CSIC a través del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC).
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