Un estudio liderado por la Universitat Politècnica de València (UPV) ha identificado nuevas bacterias que influyen en la capacidad de adaptación de los animales a cambios ambientales.
Según este estudio, la clave de la capacidad de adaptación de los animales reside en su ADN y el microbioma. El sistema inmunológico de cada animal está influenciado de forma diferente según la composición bacteriana presente en su cuerpo.
Los resultados de esta investigación, en la que también participaron investigadoras de la Universidad Miguel Hernández (UMH) y de la Universitat de Lleida (UdL), se han publicado en la revista 'Microbiome'.
Este estudio es el primero en el campo de la mejora genética animal en identificar bacterias intestinales que podrían estar afectando a la habilidad de los animales para adaptarse a los cambios ambientales y, por lo tanto, a su resiliencia. Además, estas bacterias podrían estar reguladas por los genes de los propios animales. Por lo tanto, los resultados de este estudio podrían contribuir a mejorar el bienestar animal y la sostenibilidad del sector ganadero.
Según Cristina Casto, investigadora del ICTA y coautora del estudio, "el sistema inmunológico es clave para responder ante amenazas ambientales, como las infecciones por patógenos externos. La identificación de estas especies bacterianas destaca la importancia del sistema inmunológico en la regulación de la resiliencia. Hemos identificado genes y especies que contribuyen a una mejor salud del individuo y, por lo tanto, a una mayor capacidad de adaptación".
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación comparó la composición bacteriana de dos líneas de conejos con un origen genético común pero seleccionadas de manera divergente en la capacidad de adaptación. Utilizando diversas herramientas bioinformáticas, el equipo pudo identificar varios grupos de bacterias y genes bacterianos que permitían clasificar y predecir a qué línea de conejos pertenecía cada animal con un 90% de fiabilidad.
En total, se identificaron 35 especies de bacterias. Aunque el efecto de muchas de ellas es aún desconocido, algunas de las bacterias identificadas regulan la actividad inmunológica y podrían estar afectando a la salud y resiliencia de los conejos.
En resumen, este estudio demuestra que la composición bacteriana presente en los animales afecta su capacidad de adaptación a los cambios ambientales. Esto podría abrir la puerta a que el sector ganadero utilice este conocimiento para seleccionar animales con una composición bacteriana más idónea para mejorar su resiliencia. Además, también se podrían desarrollar probióticos basados en estas especies bacterianas para modificar la resiliencia animal de una forma más simple y económica a gran escala.