El Archivo Histórico Municipal de València celebra su vigésimo aniversario en el Palau de Cervelló, un edificio histórico donde se han custodiado documentos importantes a lo largo de los años. Desde la firma de la derogación de la Constitución de 1812 hasta la actualidad, el Ayuntamiento alberga miles de documentos que narran la historia de la ciudad.
Hace 20 años, en vísperas de Navidad, se abrieron las puertas de la sala de investigación del archivo después de trasladar más de 8.000 metros de documentación. Antes de eso, los documentos estaban dispersos en varios edificios municipales.
En el verano de 2003, se llevó a cabo el traslado al Palau de Cervelló, un edificio construido especialmente para albergar este tesoro documental y garantizar su conservación. Allí se encuentran códices, pergaminos y otros registros que dan cuenta de la vida cotidiana de los habitantes de València durante los últimos siete siglos.
Para los investigadores, cada página de estos documentos es un retrato sepia de las personas que cruzaban los puentes de Serrans y Sant Josep, provenientes de las áreas rurales de la Vega de València. El archivo es fundamental para comprender cómo era la ciudad y sus habitantes en tiempos pasados.
El acceso a estos documentos requiere presentar el documento de identidad, lo que permite a los visitantes realizar un viaje en el tiempo por las calles de la ciudad. Por ejemplo, hojear el padrón de habitantes de 1880 revela detalles interesantes sobre una familia en el antiguo distrito del Mercado.
Otra historia familiar encontrada en los registros es la de los moradores del faro del puerto de Villanueva del Grao en 1891. Las vidas de los padres y los hijos se entrelazan en este documento, revelando lugares de nacimiento distintos y una existencia nómada.
Estas historias familiares son solo una pequeña parte del patrimonio documental custodiado por el Archivo Histórico Municipal. A lo largo de los siglos, estos documentos han experimentado un azaroso viaje hasta llegar a su ubicación actual en el Palau de Cervelló.
Desde su primer emplazamiento en la plaza de L'Almoina hasta su traslado a la calle de Cavallers y finalmente al Palau de Cervelló, el archivo ha pasado por varios lugares. Ahora, miles de historias familiares esperan ser descubiertas entre los archivos, entre fueros y privilegios reales.
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