El aumento de temperatura en el Mediterráneo afecta el desarrollo del coral autóctono en las Columbretes.
CASTELLÓ, 17 de diciembre -
Un reciente estudio en el que colabora el Instituto de Acuicultura Torre de la Sal, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha revelado que el calentamiento de las aguas del Mediterráneo está afectando al crecimiento del coral endémico Cladocora caespitosa en las islas Columbretes. Este estudio abarca un análisis de las dos últimas décadas del crecimiento de esta especie en diferentes puntos del Mediterráneo español.
De acuerdo con un comunicado emitido por el CSIC, el Mediterráneo se ha convertido en un "punto caliente" del cambio climático, mostrando un aumento de temperatura que triplica la media global. Este fenómeno representa una amenaza grave para los ecosistemas marinos, y sobre todo para aquellas especies que exhiben un crecimiento lento, como es el caso del Cladocora caespitosa, el único coral en esta región que puede formar arrecifes similares a los que se encuentran en mares tropicales.
El estudio, publicado en la reconocida revista Journal of Animal Ecology, involucra a un grupo de investigadores internacionales, en el que se incluye el Instituto de Acuicultura Torre de la Sal. A lo largo de la investigación, se ha examinado el crecimiento del coral en tres ubicaciones específicas del noroeste del Mediterráneo español: las islas Columbretes, Cabo de Creus y Montgrí. Se ha logrado reconstruir hasta 23 años del ciclo vital de esta especie, evaluando así el impacto del calentamiento global asociado al cambio climático.
Las poblaciones de Cladocora caespitosa en el noroeste del Mediterráneo han sido objeto de estudio durante más de 20 años, con investigaciones previas destacando eventos de mortalidad vinculados a las olas de calor veraniegas. Sin embargo, se carece de información sobre cómo estos episodios afectan realmente al crecimiento del coral, el cual actúa como un indicador del estrés subletal, es decir, aquel que provoca cambios reversibles en su organismo sin resultar letal.
Diego Kersting, investigador del CSIC en el IATS y uno de los autores del estudio, ha señalado que estos hallazgos son cruciales para entender las tendencias futuras en el crecimiento de estas poblaciones ante escenarios de calentamiento inminente. “Nuestra investigación pone de manifiesto la complejidad de las dinámicas de crecimiento del coral a nivel regional, que está condicionada por las condiciones ambientales de cada área específica. Aunque no hemos encontrado un declive generalizado en las tasas de crecimiento, sí hay localidades que presentan señales de alerta”, compartió Kersting.
En concreto, en las islas Columbretes, donde ya se han registrado eventos de mortalidad debidos al aumento de la temperatura del agua, los investigadores han observado una reducción en las tasas de crecimiento de los corales, lo que sugiere un aumento del estrés térmico. La investigación también ha identificado marcas de estrés en los esqueletos de los corales, que son evidencia de los efectos de las olas de calor y quedan registradas de manera permanente.
Los indicadores de estrés no aparecieron de manera homogénea en todos los lugares estudiados. Por ejemplo, en los corales de Cabo de Creus se documentaron señales de estrés a lo largo de la última década, en marcado contraste con los corales de Montgrí, a solo 20 kilómetros al sur, donde los signos de estrés fueron “sorprendentemente bajos”.
Las diferencias en las condiciones de estrés pueden estar relacionadas con la proximidad de la desembocadura del río Ter, uno de los ríos más significativos de Cataluña, que proporciona alimentos para los corales de esa zona y podría ayudarles a resistir las cada vez más comunes olas de calor, explicó Marina J. Vergotti, investigadora de la Universidad Libre de Berlín y autora principal del estudio.
El estudio correlaciona las tasas de extensión, densidad y calcificación del esqueleto del coral con la temperatura del agua en cada ubicación, evaluando así la relación entre ambos parámetros. Además, se han examinado anomalías en el crecimiento esquelético para reconstruir eventos de estrés ocurridos entre 1991 y 2021, un período que coincide con el inicio y la progresión de eventos de mortalidad masiva relacionados con el calentamiento en el noroeste del Mediterráneo.
Los resultados subrayan la importancia de las condiciones locales de temperatura y nutrientes en el crecimiento y la resiliencia de los corales frente al estrés térmico, indicaron los investigadores. Junto con el IATS-CSIC y la Universidad Libre de Berlín, el estudio ha contado con la colaboración del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC), la Universitat de Barcelona, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Leipzig (Alemania). Esta investigación forma parte de la tesis doctoral de Marina J. Vergotti, dirigida por Diego Kersting del IATS-CSIC y Juan Pablo D'Olivo de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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