El exvicepresidente de la Generalitat y exconseller de Cultura, Vicente Barrera (Vox), ha defendido el encierro taurino infantil simulado como un acto "cultural", "familiar" y "tradicional", asegurando que "No es ninguna declaración de nada".

Por otro lado, el PSPV ha criticado esta iniciativa, calificándola de "retroceso en toda regla" y denunciando que "promueve el maltrato animal" entre la infancia.

En València, cerca de 50 niños y niñas han participado en este encierro taurino infantil simulado propuesto por Barrera, que se ha llevado a cabo en la plaza San Vicente Ferrer viejo, en el distrito de Ciutat Vella en València.

El exconseller ha explicado que esta actividad se ha realizado en varias ocasiones y que es una tradición en todas las plazas de España, donde los niños pueden disfrutar de una horchata, unos fartons y jugar con el toro.

La propuesta, aprobada en julio por PP y Vox, fue rechazada por Compromís y PSPV, quienes votaron en contra.

En respuesta a las críticas, Barrera ha afirmado que esta actividad no tiene relación con su cargo político anterior y que la propuso como vecino de Ciutat Vella hace cinco años.

Según Barrera, durante cuatro años los grupos municipales de Compromís, PSPV y Podemos le prohibieron llevar a cabo el encierro sin dar explicaciones.

En este sentido, ha destacado que esta actividad no tiene por qué realizarse todos los años y que simplemente se trata de ejercer su libertad y derecho como ciudadano.

Por otro lado, el portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de València, Borja Sanjuán, ha lamentado que esta celebración promueva el maltrato animal entre los niños y niñas, considerando que es un retroceso en la ciudad.

Sanjuán ha denunciado esta actividad ante el Defensor del Menor, argumentando que no se puede gastar dinero público en enseñar a los niños que es divertido maltratar a un animal.

Finalmente, ha criticado que la alcaldesa permita la promoción de este tipo de prácticas, afirmando que València ha dejado de ser vanguardia para convertirse en una ciudad retrógrada en sus instituciones.