VALÈNCIA, 17 de noviembre.
La devastadora DANA que azotó la provincia de Valencia el 29 de octubre ha dejado una trágica cifra de 218 victimas fatales hasta la fecha, la mayoría de las cuales fueron halladas en el interior de sus hogares, específicamente en 65 viviendas y 32 garajes. En contraste, el recuento de fallecimientos en espacios abiertos revela que 24 personas fueron encontradas en campos y 21 en las calles, lo que pone de manifiesto el impacto severo que este fenómeno meteorológico ha tenido en la vida de los ciudadanos.
Los datos, que fueron divulgados recientemente por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), provienen del Centro de Integración de Datos (CID) y reflejan un panorama desgarrador acerca de las circunstancias en las que se han recuperado los cuerpos. Es importante señalar que estas cifras son preliminares y podrían ser objeto de revisión conforme se realicen estudios más detallados y se establezcan cruzamientos de información.
Es alarmante que más de la mitad de las víctimas hayan sido recuperadas en espacios cerrados, especialmente en el interior de sus viviendas, lo que sugiere que la seguridad de los hogares se convirtió en un escenario trágico en lugar de un refugio. Además, diez personas perdieron la vida en residencias, y otros hallazgos incluyen seis víctimas en automóviles, dos debajo de vehículos y una en una furgoneta, lo cual retrata la desesperante situación que enfrentaron muchos durante la tormenta.
En cuanto a la atención hospitalaria, cuatro personas fallecieron tras ingresar en centros médicos, mientras que otras tres víctimas fueron localizadas en las playas de El Saler, Pinedo y Sueca, un recordatorio sombrío de los peligros que enfrentaron quienes estaban cerca de la costa durante la tormenta, según los datos provisionales proporcionados por el TSJCV.
Además, los recuentos detallan cómo se hallaron cuerpos en lugares poco convencionales y generalmente considerados seguros, como sótanos (incluyendo uno en un supermercado), aparcamientos, y en una variedad de escenarios que abarcaban desde jardines hasta el interior de iglesias. Estas estadísticas no solo revelan la magnitud de la tragedia, sino que también destacan la vulnerabilidad de diferentes espacios ante eventos climáticos extremos.
Las víctimas fatales también fueron documentadas en lugares inesperados, incluidos barrancos, árboles, ascensores, terrazas de viviendas y acequias, subrayando la imprevisibilidad y el carácter catastrófico de la DANA. Asimismo, se reportaron fallecimientos en un arrozal, un polígono industrial, un bajo comercial, y un polideportivo, cifra que refleja un patrón de devastación que ha atravesado múltiples ámbitos de la vida en la región.
En el contexto de esta crisis humanitaria, las autoridades han creado oficinas ante mortem en colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil, las cuales actualmente cuentan con 13 expedientes activos relacionados con denuncias de desaparición. Esta situación inquietante señala no solo la urgencia del momento, sino también la necesidad de responder a las múltiples dimensiones del impacto de la DANA en la comunidad valenciana.
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