24h Valencia.

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"Las ciudades españolas fomentan la obesidad: alimentos de baja calidad afectan a las comunidades vulnerables"

Un reciente estudio ha puesto al descubierto una preocupante realidad: en muchas ciudades de España, el acceso a alimentos poco saludables es no solo más asequible, sino también más conveniente, especialmente para quienes viven en condiciones de pobreza o en áreas con alta presión turística.

En este contexto, se destaca el proyecto FOODTRANSITIONS, en el que participan el instituto de investigación Ingenio (UPV-CSIC) y la fundación Fisabio. Según sus hallazgos, las urbes españolas están diseñadas de tal forma que fomentan un ambiente "obesogénico", es decir, un entorno que promueve hábitos alimentarios poco saludables, dejando a los grupos más vulnerables con escasas opciones de consumir productos nutritivos.

FOODTRANSITIONS, bajo la dirección de Ana Moragues de la Universitat Autónoma de Barcelona y Daniel López del IEGD-CSIC, tiene como finalidad promover modelos alimentarios que sean sostenibles e inclusivos, garantizando así que todos los habitantes de las ciudades españolas tengan acceso a alimentos saludables. Este ambicioso esfuerzo busca desarrollar un marco integral que evalúe los sistemas alimentarios urbanos, contribuyendo a una transición ecológica que sea justa y equitativa.

Para alcanzar sus objetivos, el proyecto ha llevado a cabo un análisis exhaustivo en ciudades como Valladolid, Barcelona, Madrid, Córdoba y València. Uno de los resultados más alarmantes es que el autoabastecimiento alimentario en la provincia de València se sitúa por debajo del 5%, lo que evidencia una dependencia crónica de alimentos que deben ser importados, aumentando así la vulnerabilidad local.

El análisis socioespacial realizado tanto en Madrid como en Barcelona revela que estas metrópolis han ido convirtiéndose en entornos que, lejos de fomentar hábitos saludables, facilitan el sobrepeso y la obesidad entre sus residentes. Los investigadores Guillermo Palau y Cristina Galiana destacan que, aunque ciertos productos frescos podrían satisfacer las necesidades dietéticas locales anuales, el actual sistema logístico muestra una alarmante dependencia de productos menos nutritivos.

Se estima que alcanzar un nivel de autoabastecimiento del 30% al 40% en determinados alimentos, como cítricos, arroz y verduras de hoja, podría ser un objetivo alcanzable. Este cambio no solo es necesario para reducir nuestra huella ecológica, sino que también contribuiría a reforzar la economía local y aumentar la resiliencia del sistema alimentario.

Además, el estudio subraya la imperante necesidad de diversificar la producción local y de repensar las infraestructuras agroalimentarias, con el fin de establecer ciclos económicos circulares que beneficien a todos. Las recomendaciones incluyen también la promoción de dietas más sostenibles, en especial ante los elevados niveles de consumo de productos de origen animal.

Uno de los hallazgos más sobresalientes del estudio fue la identificación de diferentes "desiertos alimentarios", que son áreas con escaso acceso a alimentos frescos; "pantanos alimentarios", donde predominan productos de baja calidad nutricional; y "oasis ecológicos", que representan zonas con acceso a alimentos ecológicos y opciones de consumo más responsables.

La investigación revela una alarmante tendencia: en muchas áreas urbanas, encontrar alimentos saludables es una tarea mucho más complicada y costosa que acceder a alternativas poco saludables, especialmente en comunidades con alta carga turística o en situaciones de vulnerabilidad social, como apunta Marta García-Sierra de Fisabio.

Los resultados muestran que las comunidades de menores ingresos están sometidas a un riesgo aún mayor, debido a su limitado acceso a alimentos ecológicos y opciones nutritivas, reforzando las desigualdades existentes en el ámbito alimentario.

Las conclusiones del estudio subrayan la urgencia de transformar los sistemas alimentarios urbanos para que se alineen con principios de salud y sostenibilidad, priorizando siempre a los grupos más vulnerables y marginados.

Los hallazgos de FOODTRANSITIONS han sido documentados en tres informes que detallan políticas alimentarias, el contexto en que se desarrollan y posibles rutas hacia la relocalización de los sistemas agroalimentarios. Estos informes no solo sirven como una guía valiosa para el diseño de políticas que aborden las desigualdades, sino que también buscan contribuir significativamente a mejorar la calidad de vida y la salud de la población en su conjunto.