Las voces de protesta resuenan con fuerza en municipios como Alfafar, donde los ciudadanos se manifiestan contra lo que consideran un "abandono" por parte de las autoridades tras la devastadora riada que golpeó la región.
Una movilización convocada por más de un centenar de organizaciones se llevó a cabo en València, donde los asistentes reclamaron la dimisión del 'president' de la Generalitat, Carlos Mazón. Este clamor se produce en un contexto de dolor y destrucción tras la riada del 29 de octubre, que ha cobrado la vida de al menos 222 personas y ha dejado a cuatro más desaparecidas.
La concentración, que comenzó poco después de las 19:30 en la emblemática Plaza de la Virgen, alcanzó su clímax a las 20:11, justo cuando se escuchó la alarma del sistema de alerta ES-Alert, evocando el momento en que la dana asoló la provincia. Los participantes respondieron con una potente acción colectiva, donde reprodujeron el sonido de emergencia desde sus móviles, resonando también por los altavoces instalados en la plaza.
Entre las consignas que se escucharon destacaron frases como 'Mentres ell dinava, la gent s'ofegava', una crítica mordaz a la indiferencia de los que ocupan el poder, así como el grito de 'Mazón dimissió'. Los manifestantes también clamaron por un cambio, exigiendo que el presidente fuera enviado a Picassent, y rechazando lo que consideran una falta de liderazgo adecuado al grito de 'No volem un ninot de president'.
Durante la movilización, los asistentes levantaron carteles con el mensaje 'Mazón dimissió' y mostraron la cabeza del 'president' en posición invertida, junto a estandartes que representaban a cada uno de los pueblos con víctimas mortales, acompañados por la trágica cifra de fallecidos en cada localidad.
Cardona i Prats, coportavoz de las organizaciones que convocaron la manifestación, aprovechó el momento para criticar la “actuación policial”, señalando que los agentes habían “rodeado” tanto la Plaza de la Virgen como el Palau de la Generalitat, generando un clima de tensión que no parecía acorde con la naturaleza pacífica de la protesta.
En un emotivo momento, dos residentes de los municipios más afectados recitaron los nombres de todas las localidades en las que se encontraron víctimas, así como la cantidad de fallecidos en cada una de ellas. Posteriormente, la multitud guardó un minuto de silencio en honor a los que han perdido la vida a causa de esta tragedia.
Los datos son devastadores: la dana ha dejado una estela de dolor con 222 víctimas en la provincia de Valencia. Se han contabilizado 45 cuerpos en Paiporta; 25 en Catarroja; 17 en València; 15 en Alfafar; y así continúa una lista de lugares que constatan la magnitud de la catástrofe.
La protesta no se limitó a la capital; se replicó en decenas de municipios valencianos, tanto en los que sufrieron inundaciones como en otros lugares de Alicante y Castelló, uniendo así su voz en una demanda de justicia y responsabilidad.
En Alfafar, la congregación tuvo lugar en la plaza del Ayuntamiento, donde los vecinos, muchos de ellos del barrio de Parque Alcosa, llegaron en una emotiva columna. Con velas encendidas en homenaje a los fallecidos, los manifestantes también reprodujeron el sonido de la alarma a las 20:11, reafirmando la gravedad de la situación que sus comunidades enfrentan.
Los carteles de la protesta reflejaban preocupaciones fundamentales, con lemas como 'Coles sense fang, dignes, segures i saludables', una clara señal de que los ciudadanos exigen la reapertura de sus centros educativos, que siguen cerrados.
La sensación de abandono se hizo eco en las palabras de Toni Valero, miembro de la coordinadora de colectivos de Parque Alcosa, quien lamentó el estado en que se encontraban sus vecinos el día del desastre, con personas atrapadas y cuerpos en la calle sin asistencia. Valero enfatizó la urgencia de que las ayudas lleguen pronto, sobre todo a quienes más lo necesitan.
Francisca Cano, una de las manifestantes que ha perdido su hogar y vehículo, expresó su desánimo y frustración, señalando que, un mes después, la situación sigue siendo la misma que durante los días posteriores al desastre. “Estamos igual, en el mismo punto de partida”, afirmó, destacando la falta de progreso en las medidas de rehabilitación.
Sobre la situación educativa, Cano subrayó una creciente preocupación: “Parece que los niños van a ser trasladados a barracones”, insistiendo en la necesidad de encontrar alternativas dignas que garanticen un entorno seguro y saludable para los menores. La comunidad exige soluciones efectivas que propicien un retorno a la normalidad lo antes posible.
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