VALÈNCIA, 25 Ago. - Un grupo de investigación del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha hecho un interesante descubrimiento sobre los efectos de una proteína en la lucha contra el hongo que causa la podredumbre verde en cítricos.
El hongo Penicillium digitatum, conocido como "moho verde", es responsable de la principal enfermedad que afecta a los cítricos después de la cosecha, causando importantes pérdidas económicas a nivel mundial.
En este sentido, el grupo de investigación del IATA está estudiando las propiedades de las proteínas antifúngicas AFPs, producidas por hongos filamentosos, y han descubierto que una de ellas tiene efectos "múltiples" contra esta amenaza, dificultando el desarrollo de resistencias y permitiendo la creación de nuevos antifúngicos.
Además de su aplicación en la protección poscosecha, estas proteínas también pueden ser utilizadas en medicina, agricultura y tecnología de alimentos.
El grupo de investigación en Proteínas y Péptidos Bioactivos de Interés en Agroalimentación del IATA-CSIC, liderado por José F. Marcos y Paloma Manzanares, se enfoca en la caracterización de proteínas antifúngicas como las AFPs. Según el CSIC, estas proteínas son pequeñas, estables y capaces de prevenir el crecimiento de hongos patógenos tanto en humanos como en plantas, además de hongos que alteran los alimentos y producen compuestos tóxicos.
Recientemente, este equipo publicó un estudio en la revista "Microbiology Spectrum" donde describen cómo la proteína antifúngica AfpB actúa contra el hongo Penicillium digitatum, causante de la podredumbre verde en los cítricos.
Los resultados más destacados muestran que la proteína AfpB tiene un mecanismo de acción múltiple frente a este hongo: evita que el hongo se defienda produciendo compuestos tóxicos, provoca la muerte programada de las células del hongo y también afecta la síntesis de acetoína, un compuesto orgánico que contribuye a la actividad antifúngica de AfpB.
"Además, descubrimos que AfpB estimula la expresión de un gen que codifica una proteína extracelular muy particular, compuesta por repeticiones de aminoácidos en tándem, que mejora la actividad inhibitoria de AfpB", explicó José F. Marcos.
Para llevar a cabo esta investigación, se utilizaron técnicas transcriptómicas como la tecnología RNAseq, que es altamente sensible y precisa para estudiar la expresión de genes en diversas condiciones.
"Utilizar RNAseq nos permitió identificar los genes que presentan una respuesta más fuerte frente a AfpB, tanto de inducción como de represión, y también conocer qué rutas metabólicas asociadas a esos genes se ven más afectadas por la acción antifúngica de AfpB", describió Paloma Manzanares. Además, estos análisis transcriptómicos fueron validados funcionalmente.
Las infecciones causadas por hongos representan una amenaza para la salud humana y tienen un impacto negativo en la seguridad alimentaria, dañando la producción agrícola y provocando enfermedades en los animales. Según Sandra Garrigues, investigadora postdoctoral en el IATA-CSIC, actualmente solo hay disponibles unas pocas clases de fungicidas en el mercado y el uso excesivo de estos productos ha generado resistencia en los hongos, por lo que es necesario desarrollar nuevas moléculas antifúngicas con diferentes mecanismos de acción para combatir los hongos patógenos en humanos, animales y plantas.
Según Paloma Manzanares, las AFPs, como la proteína AfpB, ofrecen un gran potencial como nuevos biofungicidas para controlar estos hongos perjudiciales, y su aplicación sería posible en medicina, agricultura, protección poscosecha y tecnología de alimentos. Además, este estudio profundiza en el conocimiento del mecanismo de acción de AfpB, que tiene múltiples dianas, dificultando el desarrollo de resistencias y permitiendo la creación de nuevos antifúngicos basados en esta proteína o similares.