En València, un grupo de investigadoras en Enfermería de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH), en colaboración con personal del centro de salud de Tres Forques, ha llevado a cabo un ensayo clínico que ha demostrado la efectividad de la realidad virtual inmersiva para mitigar el miedo y dolor en los procesos de vacunación de niños.
Los resultados de esta investigación, que han sido publicados en la revista científica 'Journal of Clinical Nursing', revelan un incremento en la satisfacción de los padres con este enfoque de vacunación.
La directora del departamento de Enfermería y Fisioterapia de la CEU UCH, Laura García Garcés, explicó que estudios anteriores habían mostrado el potencial de la realidad virtual para reducir la percepción de dolor en niños, pero pocos habían examinado su uso específico durante la vacunación, con muestras pequeñas y limitaciones en la metodología.
Por esta razón, se diseñó un ensayo clínico más amplio para evaluar el efecto de la realidad virtual inmersiva en la percepción de dolor y miedo en niños durante la vacunación, así como la satisfacción de los padres con el procedimiento, con el objetivo de promover la adherencia al calendario de vacunación.
En el estudio participaron 162 niños en el Centro de Salud Tres Forques en Valencia. La mitad de los niños fueron asignados al azar al grupo de intervención, donde se empleó la distracción con realidad virtual, mientras que en el grupo control se utilizaron técnicas de distracción estándar.
Los resultados mostraron que los niños que usaron la realidad virtual durante la vacunación experimentaron menos dolor y miedo, y los padres estuvieron más satisfechos con el procedimiento en comparación con el grupo de control.
Además, se observó que no hubo diferencias significativas en el dolor y miedo reportados en función del sexo del niño, aunque la edad sí estuvo relacionada con la percepción de dolor, siendo mayor en niños más pequeños.
Según García-Garcés, la realidad virtual inmersiva, que solo requiere una pequeña inversión en gafas, puede ser una herramienta efectiva para controlar el dolor y el miedo en niños durante la vacunación, lo que podría mejorar la experiencia para los niños y los padres y aumentar la adherencia al calendario vacunal.
Los resultados de esta investigación han sido compartidos con diversas asociaciones relevantes para que puedan ser considerados en los protocolos de vacunación pediátrica. Este estudio, publicado en Journal of Clinical Nursing, fue realizado por un equipo de profesoras de la CEU UCH y personal del Centro de Salud Tres Forques en Valencia.
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