En declaraciones recientes, el comisario jubilado José Manuel Villarejo ha sugerido que tanto el PP como el ex presidente del Gobierno Mariano Rajoy tenían un interés en desacreditar a Eduardo Zaplana, ex presidente de la Generalitat Valenciana y ex ministro con el PP. Según Villarejo, creían que Zaplana podía disputarles el liderazgo.
El caso Erial, en el que se investiga el presunto cobro de más de 10 millones de euros en comisiones relacionadas con concesiones en la Comunitat Valenciana, ha sido el escenario de estas declaraciones. El fraude asciende a más de 20 millones de euros.
Villarejo ha sido testigo en el juicio contra Zaplana y otras 14 personas, siendo el primer testigo propuesto por la defensa. En su comparecencia, ha mencionado la existencia de un interés para destruir a Zaplana, revelando detalles sobre un ciudadano sirio que desempeñó un papel en el caso Erial.
El ex agente de inteligencia explicó que, durante los años 2010 y 2011, se llevaron a cabo acciones para desprestigiar a Zaplana, de las cuales decidió no formar parte. Además, señaló reuniones con el coronel Manuel Corbín, de la UCO, donde se discutió el tema Zaplana y se sugirió actuar de forma ortodoxa en caso de sospechas.
Villarejo también mencionó la relación entre Corbín y el CNI, afirmando que había un interés por parte del CNI en Zaplana y en los asuntos relacionados con Valencia. Se reveló un mayor interés político que oficial o policial por investigar a Zaplana, con nexos entre figuras como Cotino, Pérez Rubalcaba y Rajoy.
En referencia al informador sirio, Villarejo apuntó que Corbín estaba bajo presión para buscar información que desencadenara la investigación, subrayando la importancia de actuar de manera ética en la política. Sus declaraciones en el juicio han abierto una ventana a las relaciones políticas detrás del caso Erial, revelando posibles motivaciones ocultas tras la persecución de Zaplana.
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