Benidorm es conocida por sus playas, su vida nocturna y sus edificios altos, pero también cuenta con tesoros naturales que muchas personas desconocen. En este artículo vamos a hablar de las Cuevas de Canelobre, una atracción turística única en la Comunidad Valenciana. Si te gusta la naturaleza, la historia y la aventura, no te puedes perder esta visita.
Las Cuevas de Canelobre se encuentran en la Sierra de Aitana, entre los municipios de Busot y Jijona. Para llegar desde Benidorm, hay que tomar la carretera N-332 en dirección a Alicante y luego desviarse hacia el interior por la CV-800. Los últimos kilómetros son por una carretera sinuosa y estrecha, pero el paisaje merece la pena.
La historia de las Cuevas de Canelobre se remonta a millones de años atrás, cuando la zona estaba cubierta por el mar. Con el tiempo, la actividad tectónica hizo que las montañas se elevaran y que las cuevas quedaran expuestas. Durante siglos, las cuevas fueron utilizadas por los habitantes de la zona como refugio y como lugar de culto.
En el siglo XX, las Cuevas de Canelobre fueron acondicionadas para su visita turística. En 1946 se inauguró la iluminación eléctrica y en 1950 se construyó una escalera de acceso que permitió a los visitantes adentrarse en las profundidades de la montaña. Desde entonces, las Cuevas de Canelobre han sido uno de los atractivos turísticos más importantes de la provincia de Alicante.
Las Cuevas de Canelobre tienen una longitud de más de 3 kilómetros, pero sólo una pequeña parte está abierta al público. El recorrido turístico comienza en la Sala de Acceso, donde se encuentra la taquilla y el punto de información. Desde allí se desciende por una escalera de caracol hasta la Galería de los Murciélagos, una estancia de más de 50 metros de altura que es impresionante por su tamaño y su belleza.
A continuación, se llega a la Sala de las Columnas, donde el visitante puede admirar la espectacularidad de las formaciones geológicas que se han creado a lo largo de millones de años. Las estalactitas, las estalagmitas y las columnas crean un espectáculo visual que deja sin aliento. Después de pasar por la Sala de la Cúpula, donde se encuentra la formación más grande de la cueva, se llega a la Sala de las Palomas, que recibe su nombre por el ruido que hacen los murciélagos que allí habitan.
El recorrido continúa por el Lago de las Perlas, donde se reflejan las estalactitas y los visitantes pueden contemplar las formaciones desde otra perspectiva. En la Sala de la Música, el guía realiza una demostración de cómo se produce sonido mediante las formaciones de la cueva. El punto final del recorrido turístico es la Sala de la Imaginación, donde se puede hacer una foto con una figura de un dragón.
Las Cuevas de Canelobre son una joya de la naturaleza que no te puedes perder si visitas Benidorm y la Comunidad Valenciana en general. Su belleza, su historia y su espectacularidad hacen que la visita merezca la pena. Si te gusta la aventura y la naturaleza, no dudes en incluir las Cuevas de Canelobre en tu itinerario turístico.