
En la localidad de Algemesí, Valencia, se ha producido un trágico suceso que ha dejado a una familia destrozada. Alejandra Emilia Villegas Machado, de 41 años, fue asesinada por su pareja este miércoles, junto a su hijo de tres años. La madre de Alejandra, una anciana que padece alzhéimer, se ha convertido en una testigo clave al alertar a la Policía, después de que su hija le pidiera que estuviera atenta ante cualquier eventualidad.
La familia de Alejandra ha compartido con los medios que el presunto agresor, Leonardo, era conocido por su comportamiento violento. Relatan un reciente episódio de maltrato que tuvo lugar hace unas tres semanas y que dejó a la mujer con una profunda preocupación sobre su seguridad. “Les pido a todas las mujeres que no duden en denunciar; su vida puede depender de ello”, exclamó Leydi Rodríguez, cuñada de la víctima, instando a las personas que sufren violencia de género a pedir ayuda.
A pesar de que Alejandra había considerado presentar una denuncia, el temor a la posible pérdida de documentación de su pareja la retuvo. Según su familia, ella pensaba que su pareja no representaba una amenaza para su hijo, destacando que Leonardo era un padre cariñoso que compartía momentos felices en redes sociales. Sin embargo, esto fue un velo que ocultaba la violencia que se producía en su hogar.
Ambos, Leydi y su esposo, Andrés Eduardo, recalcan la necesidad urgente de que las mujeres rompan el silencio. “Esperamos que este trágico suceso sirva de lección para otras que están viviendo situaciones similares”, enfatizó Leydi, quien estima que nadie debería enfrentar la fatalidad de perder la vida a manos de quien dice amar. “Las apariencias engañan. Muchas veces detrás de una fachada perfecta hay historias de dolor que deben ser reveladas”, agregó.
Alejandra llegó a España buscando un futuro mejor, tras emigrar de Venezuela a Colombia, donde conoció a Leonardo. Aunque su intención era mejorar la calidad de vida, acabó atrapada en un círculo de violencia que la llevó a postergar sus planes de escapar. “Se trataba de un ciclo del que no podía salir sola, y eso es lo que nos duele. Nadie debe soportar esto”, concluyó su hermano.
El historial de violencia del sospechoso se hizo evidente cuando Leydi reveló que se produjeron enfrentamientos entre la pareja, pero que Alejandra optó por ocultarlos para evitar agravar la situación. Con llanto en su voz, mencionó que la víctima había pedido ayuda a su madre para que estuviera alerta ante posibles peligros. “Ella fue quien logró alertar a las autoridades justo cuando lo necesitábamos”, apuntó Leydi, visibilizando el apoyo que ofrecía su madre a pesar de su situación de salud.
Este devastador caso pone de relieve la urgencia de la concienciación sobre la violencia de género y la importancia de que las mujeres en crisis encuentren la valentía para denunciar. “Esperamos justicia y que el responsable nunca vuelva a ver la luz del día”, exigió la familia, apuntando hacia un sistema que aún necesita mejorar en la protección de las víctimas. La historia de Alejandra, su vida y su lucha, no puede ser olvidada; debe servir de faro para tantas otras.”
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