Los imputados de la 'manada' de Vall d'Albaida rechazan las acusaciones y alegan que estaban intoxicados, afirmando que la menor se encontraba en buen estado.

En un caso alarmante que ha captado la atención de la sociedad española, la Fiscalía ha calificado el comportamiento de los cuatro acusados en la denominado "manada" de la Vall d'Albaida como "monstruoso", señalando que trataban a la menor de 14 años como "un objeto". Este incidente se remonta a septiembre de 2020, durante una celebración en L'Olleria, Valencia, donde se alega que la joven fue víctima de agresiones sexuales.
Los imputados han negado las acusaciones en un tribunal de justicia, defendiendo que no hubo ningún tipo de agresión sexual. En sus testimonios, dos de ellos comentaron que habían estado bebiendo y uno llegó a señalar que la menor, hoy de 19 años, había consentido participar en un trío. Otro de los acusados aseguró que, aunque estuvo presente en el lugar de uno de los sucesos, no participó en la agresión, y el cuarto alegó haber simplemente llevado a la joven a casa de su abuela, sin ningún intercambio a cambio.
La Fiscalía ha establecido penas severas para los acusados, incluyendo 24 años de prisión para uno de ellos por abuso sexual, mientras que otros enfrentan sentencias de 12 y 5 años por delitos relacionados con la menor. En contraste, la acusación particular ha ajustado un poco las penas solicitadas. Las defensas, sin embargo, están pidiendo la absolución de sus clientes, lo que añade más tensión al caso.
En sus alegaciones, el fiscal no escatimó en términos a la hora de describir el accionar de los acusados. Lamentó que su conducta fue absolutamente carente de escrúpulos, tratando a la víctima con desprecio y como "un trozo de carne para saciar sus deseos". Estas declaraciones reflejan una profunda indignación ante la situación vivida por la menor.
La fiscalía ha puesto énfasis en que los hechos están bien establecidos gracias a las declaraciones de la propia víctima, quien ha testificado en múltiples ocasiones, así como al testimonio de testigos y la investigación de la Guardia Civil. Subrayó que en todo momento la menor se encontraba en una situación de vulnerabilidad, afectada por el alcohol y la diferencia en madurez con respecto a los acusados, quienes eran plenamente conscientes de lo que estaba ocurriendo.
Uno de los acusados intentó restarle importancia a los hechos aduciendo que desconocía a la menor y que pensaba que era mayor de edad. Afirmó que había bebido y consumido drogas, pero insistió en que ella había accedido a realizar un trío y no mostró rechazo en ningún momento. Estas declaraciones provocan una profunda preocupación sobre la falta de responsabilidad asumida por parte de los imputados.
Otro implicado mencionó que a pesar de su estado etílico no llegaba a recordar lo que había sucedido, rechazando cualquier responsabilidad sobre la situación. Por su parte, otro acusado admitió haber estado presente en la ocasión de otra agresión, pero afirmó que no tenía claro lo que sucedía y que se sintió incómodo con la interacción.
Finalmente, el cuarto acusado defendió que su intervención fue simplemente llevar a la menor a casa, alegando que actuó de buena fe. Este testimonio se suma a la serie de defensas que han generado un debate sobre la culpabilidad y la falta de empatía por parte de los acusados en un caso de tal gravedad. En los próximos días, la sala escuchará los informes finales de la acusación particular y de las defensas, lo que podría culminar en una resolución crítica para todos los involucrados.
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