El majestuoso eucalipto que se erige en el barranco del Poyo, en Paiporta, ha demostrado su resistencia frente a adversidades climáticas extremas, sobreviviendo a la temporal de lluvias del 29 de octubre y conmemorado también por su fortaleza tras la catastrófica riada de 1957.

VALÈNCIA, 1 de enero.

Desde la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, se ha confirmado que un total de 48 árboles protegidos han logrado resistir el embate de las recientes inundaciones. De estos, diez ejemplares se ubicaban en las cuencas de ríos y barrancos en diversas localidades valencianas, como Riba-roja de Túria, Paiporta, Alzira y Montroi, y, notablemente, nueve de ellos permanecen en pie.

El árbol que ha capturado la atención es, sin duda, el eucalipto del barranco de Paiporta, que se erige como símbolo de resistencia. Con raíces que han endurecido ante la fuerza desatada de la riada del 29 de octubre y también la histórica de 1957, la Generalitat ha emitido un comunicado elogiando su notable capacidad de supervivencia.

Catalogado dentro de los Árboles Monumentales y Singulares de la Comunitat Valenciana, este robusto eucalipto ha soportado la furia del agua y la carga de desechos arrastrados por la corriente, una señal de la extraordinaria fortaleza de su sistema radicular, que ha sido capaz de hacer frente a la adversidad.

En un primer análisis, el árbol ha quedado cubierto de restos vegetales, plásticos e incluso un palé de madera que, afortunadamente, ya han sido retirados por los equipos de limpieza. Además, se han llevado a cabo labores para sanear el entorno del árbol, eliminando residuos variados del margen del cauce que, lamentablemente, se habían acumulado tras las inundaciones.

Tras la evaluación realizada por el Centro para la Investigación y Experimentación Forestal (CIEF), se ha observado que, aunque el eucalipto no sufre daños severos en este momento, ha perdido parte de su copa y presenta heridas. Por ello, se establecerá un seguimiento constante para monitorear su evolución y los efectos a largo plazo que las inundaciones puedan tener sobre él.

Desde la Generalitat, se ha señalado que solamente dos árboles no han logrado resistir el impacto de la riada. En Riba-roja, se ha registrado la pérdida de un árbol catalogado que ya había sufrido daños por un incendio en 2020, mientras que en Chiva, una garrofera fue desarraigada por la fuerza del agua del barranco del Gallo.

En total, se catalogaron 50 árboles en la zona afectada por la dana, de los cuales diez estaban directamente en los cauces de los ríos y ramblas primordiales: siete en Riba-roja de Túria (incluyendo el chopo desaparecido), uno en Paiporta, uno en Alzira y otro en Montroi.

Los restantes árboles se encuentran en áreas inundadas, aunque a mayor distancia de los cauces principales, lo que ha reducido el riesgo para ellos y ha permitido que no sufran daños significativos o que los pocos impactos sean de carácter leve.

Entre las especies más afectadas por las recientes inundaciones se encuentran los chopos, los eucaliptos y las palmeras datileras. Asimismo, los técnicos del CIEF han advertido sobre la necesidad de prestar especial atención a los algarrobos y olivos, que podrían verse perjudicados por el exceso de humedad en el suelo, un factor que podría suponer un riesgo a medio plazo.